dimanche, mars 17, 2013

"No seas marica..."

Así me dijo mi amigo. Y no es que se refiriera a alguna inclinación u orientación sexual mía. No, el término marica abarca muchos conceptos. En este caso, seguramente quería decirme: "no seas llorón".

Y bueno, cada quien es llorón o marica a su manera. Bien dicen: "donde lloran, ahí está el muerto".

Cuando me lo dijo, sentí ganas de decirle: "chinga tu madre". Pero me acordé cuando iba en la escuela y en alguna ocasión un conocido me espetó: "oye pexipato ¿por qué te apodan el vampiro místico?". Me sacó tanto de onda la pregunta, que solo atiné a responder: "pues, porque chinga tu madre". El susodicho se puso rojo de la cara y si no fuese porque había otros compañeros presentes, capaz que me madrea ahí mismo, jajaja.

Con los años, entiendo que era un apodo de alcurnia, no a cualquiera le apodan "el vampiro místico". Solo que en ese momento y de sopetón, me calentó.

Con mi amigo, logré serenarme, afloré una enorme sonrisa y pensé: "chinga tu madre, puto". Jajaja.

Y es que ahora resulta que ya no podemos hacer catarsis. Ya no podemos lloriquear a gusto. Digo, a diario, nos aforan, nos miden el aceite, nos aumentan los impuestos, aumentan los precios, la inseguridad, el desempleo, el descontento, y no podemos ser maricas.

Insisto, cada quien es marica a su manera. Mi amigo, por ejemplo, gana más que yo; le chinga al trabajo más que yo; es una persona respetable (más que yo); cuando se jubile dentro de 20 años vivirá mejor que yo (aunque eso sí quién sabe. ¿Quién nos dice que no trabaja uno para ahorrar dinero (los que pueden, que no son muchos) y al final de tu vida en vez de disfrutarlo te la pasas en hospitales?); piensa o coordina sus pensamientos mejor que yo; aparentemente goza la vida más que yo.

Y cuando puede o se anima (que no es muy seguido, pues tal vez la catarsis la hace con su mujer o con la almohada, y no conmigo), expresa que ya lo van a correr, que no le va a alcanzar, que qué cosa va a hacer.

Es decir, expresa lo mismito que yo hago, solo que yo lo hago una o dos o cinco veces por semana, y él una vez cada seis meses. Además, y en eso tiene razón, me dice que yo le he weboneado un tercio (mínimo) de mi existencia y está en lo correcto. Podríamos decir que: un 90% de mis pensamientos los dedico a pensar en sexo o en mujeres; un 9% a pensar en todo el trabajo que no he hecho, o sea en preocuparme; y el 1% restante, lo dedico a pensar en cómo hacer bien mi trabajo, o en cómo pagar mis deudas, o en tomar elecciones del tipo: ¿ me baño o no me baño? ¿como en la fonda o en los tacos de la esquina? ¿me echo un pedo o me aguanto?

Viéndolo bien, sí soy marica.

2 commentaires:

Workaholica a dit…

Bueno...

Y por qué te decían el el vampiro místico????

pez a dit…

¿porque me encanta chupar la sangre?

eso sí, místicamente, jajaja