Lo bueno de mi trabajo es que (por el momento) me la llevo tranquis, tranquis.
Lo malo es que las cosas pueden cambiar y darme más trabajo o de plano quitármelo.
Lo feo es que hay quien anuncia que en el 2012 las cosas se pondrán peor, laboralmente hablando (y económicamente, y en seguridad, y en nivel de vida, etc. etc.).
Lo bueno es que a lo mejor no muero de infarto (por el trabajo); por andarme subiendo al guayabo a mis años, quién sabe.
Lo malo es que me pagan mal (comparativamente hablando hacia arriba; hacia abajo, soy un potentado).
Lo feo es que no me alcanza para mis gadgets, widgets, y vida suripanta.
Lo bueno es que me pagan a tiempo. No como otros que les deben las quincenas de noviembre, diciembre y el aguinaldo.
Lo malo es que lo que me pagaron ya lo debo. Unas cosas las pagué y otras (las) más las sigo y seguiré debiendo.
Lo feo es que la pexipata ya me mira feo. Que por qué no pido aumento de sueldo, o trabajo en dos lados, o ya de perdida me meta yo a robar. Le contesto que la política no es lo mío.
Lo bueno es que al ganar menos que antes, como menos, y ya adelgacé un décimo de llanta.
Lo malo es que al paso que voy, no me alcanzará y el paganini será el tribilín. Ya de por sí todas las mañanas lo cacheteo, lo zangoloteo y lo jalo del pescuezo.
Lo feo será cuando el tribilín se niegue a cooperar, y ni con Maxifort se entusiasme, jajaja.