En la película aparece una migrante mexicana y su hijo pequeño, una familia de Bangladesh, otra iraní, una más coreana, y sorprendentemente al menos para mí, un judío del Reino Unido y una aspirante a actriz australiana. Nunca pensé que un Tommy o una cangurito quisieran vivir en los Estados Unidos, e hiciesen hasta lo imposible para ello.
La chava en cuestión, la australiana, llega al extremo de darle las nylon a Ray Liotta, un agente de migración norteamericano. Lo cual al final no le sirve de mucho, pues aunque obtiene su green card, otros agentes la localizan y la hacen abandonar "voluntariamente" el "paraíso". No sé quién sea la actriz que la hace de australiana, pero no está de malos bigotes ni canta mal las rancheras. Está cuero y guapa, pues.
El británico logra quedarse, haciendo que un rabino mienta acerca de sus posibles conocimientos de religión hebrea. Admito que un rabino mienta para salvarle la vida a alguien, pero que mienta para que un ciudadano del primer mundo se quede en otro país del primer mundo, es inadmisible. Seguramente arderá en el infierno, jajaja.
La película en sí está entretenida, con drama, acción, sexo, y felicidad para algunos. Supongo que a nuestros paisanos allende el Bravo, tal vez no les haga mucha gracia, pues es su pan de cada día.
¿Ya les dije que la australiana está guapa, con la piel lisita suave y depilada, rubia, con unas piernas de ufff y unas bubis de guauuu???? Eso sí, llora, la primera vez que Ray Liotta le mide el aceite. Seguramente Ray Liotta vive cerca o se asemeja a los japoneses.