Condenadote

Así me siento. Hacía memoria de las causas que ocasionaron hace algunos años mi desafuero, y creo que la principal fue la soberbia. Me ganó (y me perdió) el sentirme el chico (más) temido del barrio.

El chipocludo. El Juan Camaney de los jodidos.

Aunque a veces no dejo de preguntarme que si me hubieran dado lo que deseaba, tal vez ya hubiese yo colgado los tenis. No sé trabajar bajo presión. Salvo en una sola circunstancia. Si me presionan diciéndome que me aumentarán al doble mi sueldo, si trabajo un 25% más, tal vez ahí sí me dobleguen.

Digo, si va uno agacharse por una moneda de cincuenta pesos ¿qué tal por el doble de sueldo?

Ya encarrerado el cuaco, me pongo a meditar ¿qué tanto peco?

Dicen que son siete los pecados capitales: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia, Soberbia.

Y se castigarán así, según la Wiki:

Pecado		Castigo en el infierno
Lujuria		Asfixiado en fuego y azufre.
Gula		Forzado a comer ratas, sapos, lagartijas y serpientes vivas.
Avaricia		Colocado en aceite hirviendo.
Pereza		Arrojado a una fosa con serpientes.
Ira		Desmembramiento.
Envidia		Sumergido en agua helada.
Soberbia		La rueda

O sea que ya me jodí, ya me condené, pues de siete tengo mínimo cuatro, tal vez cinco.

De los seguros: Cachondez, Webonería, Encabronamiento, Sentirme la última coca del refri.

De los probables: Andar deseando las colas ajenas.

Con la actualización de los siete pecados capitales (o Nuevos Pecados Capitales), los cuales son:

No realizarás manipulaciones genéticas. No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones. No contaminarás el medio ambiente. No provocarás injusticia social. No causarás pobreza. No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común. Y no consumirás drogas.

Salgo mejor parado, pues: no me dedico a la genética; sí contamino el medio ambiente (¿quién no?); no provoco (conscientemente) injusticia social ni causo pobreza ( a menos que me salgan conque el ir con las prostis provoca eso); no me enriquezco (más bien padezco de empobrecimiento explicable); y no consumo droga (aunque sí me endrogo cada semana en el super).

En suma, soy un condenadote.