Cada chango con su banana

Dice una conocida blogger.

Y la verdad sí. Ayer estaba viendo la serie de televisión Homeland. He visto el capítulo piloto o 1, y ayer el 2.

A mí y hasta el momento me ha gustado mucho esta serie. Primero por la trama, segundo porque actúa Claire Danes, tercero porque aparece una brasileña, quien ya había actuado en V como la reina de los lagartos extraterrestres, y quien tiene un cuerpazo de aquellos (buenísimo; no un cuerpazo de lagarto). Y ayer ...

Ayer en una escena se ve a un grupo de chavas tipo modelo esperando sentadas. A cual más, guapísima. Sigue avanzando la cámara y se ve otra chica joven, de espaldas, semidesnuda, tipo mamacitaquierocontigolosrestantesdíasdemivida. Hay otra cámara tomándola de frente y otra mujer rubia entrevistándola. Le dice algo así como que en el trabajo para el cual está concursando, de obtenerlo ganará en dos años el equivalente a lo que ganan otras mujeres en 20 años (en los yunaits; en México sería el equivalente a lo que ganaría una modelo en 200 años, y un obrero o campesino en 2000). Ya después nos enteramos que el trabajo consiste en formar parte del harem de un jeque árabe (de los petroleros; de esos que se roban el dinero de sus paisanos vendiendo el petróleo de su nación y dándose vida de jeques, digo de reyes; lo bueno que en México no suceden cosas así; lo de la gente que se roba el dinero que debía ser nuestro gracias al petróleo ¿verdad?).

Por la trama se aprecia que el jeque no se conforma con una chava, como todo buen gourmet, sino con varias y conociendo a los beduinos también debe de gustarle el AC/DC. Sino vean Lawrence de Arabia, cuando un oficial turco le mide el aceite.

Y entonces me cae el veinte. Si yo fuera Slim(fat) o Carstens(refat; bueno éste no es refat este es puerquísimo chancho) pues tal vez tendría yo un harem. Digo, el dinero no sería un problema. Aparte cambiaría yo de modelo (literalmente hablando) cada año o cada dos.

Y entonces ¿qué le reprochamos a Luis Mirey o Ricky Martin por andar de promiscuos? admitámoslo, si tuviésemos lana, andaríamos de hornies, midiendo el aceite, aforando a todo lo que se moviera.

Bien dicen: cada chango a su banana.