PANdejos

Hay un dicho, regla o adagio denominado Navaja de Hanlon o Principio de Hanlon que dice: "Never attribute to malice that which can be adequately explained by stupidity" y que en español sería "Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez".

Les aplica como anillo al dedo a los pandejos. De otra manera ¿como explicar que no den una? o más bien "una tras otra".

Las fiestas del Bicentenario hubiesen sido adecuadamente aceptables, aún a pesar del desfile de quinto patio conque nos obsequiaron el día 15. Vean al Quetzalcóatl que más bien parecía dragón chino, o los carritos de camoteros o empleados de limpieza desfilando con algarabía. Algunos ejes temáticos del desfile se salvaron, otros eran la ridiculez pura y llana.

Dicen que varias de las actividades (fuegos artificiales, los spider man, etc.) se los encargaron a extranjeros, pues aquí no hay o no hubo gente capaz de ello. Tal vez tuvieron miedo que les incendiaran el Palacio Nacional con todos los pandejos adentro, lo cual no hubiese sido mala idea.

Sin embargo la cereza del pastel fue el denominado Coloso. Los autores, que merecerían ser fusilados a jitomatazos o con huevos podridos, jajaja, fueron Carlos Canfield y otro wey, que en su casa los conocen y les hablan de tú. En lugar de tomar como diseño a Pancho Villa, Emiliano Zapata o Vicente Guerrero, eligieron a un wey llamado Benjamín Argumedo, lo cual no tendría nada de particular sino fuese por el hecho que se distinguió como un ardiente contrarrevolucionario.

Bueno, tampoco no hay que tomarse las cosas tan a pecho. Aplicando la navaja de Hanlon, no hay que pensar que son malvados, maliciosos, malévolos o perversos los que nos (des)gobiernan, más bien son pandejos.

Haberlo dicho antes ¿verdad?

Quod dixi dixi