No me imagino a un presidente empinando el codo con tequila, brandy o whiskey, en horas de trabajo ¿o sí?.
No me imagino a un presidente haciendo pendejada y media ¿o sí?.
Menos me imagino a un presidente olvidando (supuestamente) un password y nadie de su séquito que se la recuerde.
Es verdad que en México ya nada o poco me sorprende, no me extrañaría que nadie de su equipo haya anotado el password. Aunque más bien tiendo a creer que son puras piñas eso de un presidente twittero. Hulero, tal vez. Twittero, lo dudo.
Para acabarla de fregar ¿se imaginan a un presidente haciendo contacto con alguien que creó un sitio llamado Twirus en Amsterdam, para que lo ayude a recuperar su contraseña? ¿No tiene acaso todo un equipazo de informáticos a su disposición para que le hagan el trabajo? ¿E Hildebrando, apá?
No me imagino una cuenta con 100 mil seguidores de alguien que dice: "voy a entregar el informe de labores" "ya, ya lo entregué" "hoy toca ver a una teibolera, porque nalgarita está pa´l perro" "les voy a aumentar impuestos, pa'que aprendan a respetar" etc.
Quod dixi dixi
4 commentaires:
Yo no la creía....
Como el apóstol Tomás... hasta no ver, no creer.
Sí era Tomás verdad?
Y... pues... ahora sí lo creo.
Y es ahora cuando digo, por qué, por quéeee!!! por qué tenemos que dar esa imagen interna y externa!
.... esto ya es una burla.
En toda la extensión de la frase, sentí pena ajena.
Besos virtuales!
Muuuuuuaaaaaacccccccckkkkkkk!!
y un marinero twiteando?
ja!
pronto Jess me estará copiando.
ja!
sesese.....
Seguramente.
Besos virtuales Pez!
Muuuuaaaaccccckkkkkkk!!!
en serio, eres genial cuando no te lo propones
Enregistrer un commentaire