Llegó la Navidad

Llegaron muchos sobres negros gruesos a donde vivo. Seguramente son catálogos navideños. Busco afanosamente mi nombre en alguno de ellos. Chin, no estoy en ninguno. La duda me corroe de saber si son de computadoras, artículos electrónicos, de viajes, vinos o de ropa. ¿Qué hacer? Bueno, ni modo, de tin marín, de do pingüé..... Agarro el de la vecina del 15-10, la Sra. Kika Browna.

Seguramente en todo diciembre, la señora K. Browna pensará: "¿quién habrá sido el hijo de su piiiiiiiiii... que se claveteó mi catálogo?". En enero, sus pensamientos habrán cambiado: "que bueno que el hijo de su piiiiii.... tomó el catálogo. No me endrogué tanto". El jijo de su piiiii... en enero pensará: "¿en qué fregada hora tuve la mala idea de clavetearme el catálogo? mis TDC's otra vez al tope".

Bueno, estamos en diciembre. Abro el sobre pensando "si es de ropa, guácala, lo pego y lo vuelvo a echar al buzón". Es de Sanborn's. Muy bonito. Hojas satinadas brillantes. Veo por lo menos 50 cosas que me gustaría comprar. Reflexiono: "qué injustos somos con Slim. Siempre pensando que es un burgués jodedor, y en diciembre nos regala catálogos bien bonitos. Porque no negarán que él los pagó de su bolsillo. ¿Verdaaaaaad?".