mercredi, mai 30, 2007

cosas de todos los días, gulp

A veces las historias que fluyen más rápido son las de la vida cotidiana.

Vamos (voy) hacia el trabajo, de repente un embotellamiento. Cosa normal, de todos los días, en todas partes de la capirucha. Tres patrullas obstruyen dos de los tres carriles. Solo el de la izquierda está libre. Todos los carros que vienen (venimos) por los carriles central y derecho buscan (buscamos) rápidamente tomar ese mismo. Un wey de un Corolla cual si fuera judicial o político saca la mano por la ventanilla pidiendo (exigiendo) el paso. La mayoría nos apendejamos y frenamos, y el pasa como sultán (así se llamaba un perro que tuve).

Pasado ese lapsus brutus, ya no queremos ceder el paso los demás. Veo que un carro por la derecha se me aproxima demasiado, queriendo pasar primero. Volteo a ver al conductor con cara de maldito, como queriendo decir: “QUÉEEE, buey, espérate a que pase yo primero”. Al verle la cara, de maldito y medio o de 2 3/4 de maldito, los huevos se me transforman en bufanda. Aparte no es uno, son como tres o cuatro tipos en el carro, todos con cara de sácale punta, delincuentes de ligas mayores, judas o simplemente narcos. Por suerte para mí, el carro de la izquierda me cede el paso y elegantemente dejo de verlos haciéndome el pendejo.

Me apresuro a pasar y observo rápidamente el porqué del desmadre. Son como diez o quince patrullas sobre los dos carriles, algunas en sentido contrario. Dentro de una de ellas, tienen a un tipo con cara de mara salvatrucha, o por lo menos de delincuente. Ya no tengo tiempo de ver si tienen a otros detenidos. En rápida asociación de ideas pienso que el buey detenido, se parece mucho al wey con cara de maldito y medio que me aventó su carro, como si fueran hermanos.

Acelero viendo repetidas veces por el retrovisor, si el carro con los tres o cuatro tipos no me está siguiendo. El miedo no anda en burro, dicen. Más en estos tiempos donde muchos andan con fuscas, mosquetones, granadas, cuernos de chivo y hasta bazookas. Hasta que no llego a mi trabajo, mis huevitos descienden suavemente a su posición normal.

Pienso: 1) “si se requieren de diez a quince patrullas para detener a un solo wey. Pues fácilmente la mitad de la PEA (población económicamente activa, siglas domingueras) debiera estar empleada como policías en este país, para detener a todas las ratas de cuello blanco y gris” O ¿qué pasará cuando quieran detener a un capo di capis? tendrán que llamar al chapulín colorado, la cia, la kgb, el mossad, la interpol, etc.

2) Todos hemos oído de los operativos policíacos y militares, en donde detienen a familias con bebés de brazos, les esculcan hasta los calzones, les hablan con lenguaje de carretoneros y después sin ningún ‘usted disculpe’ los dejan ir, si bien les va. ¿Por qué no detienen a las personas con caras de malditos? Ah, no, ¿verdad? Me detendrían a mí cada 10 minutos. Bueno, más bien a las que tienen cara de malditos y medio. Pues tampoco, ¿verdad? Son policías, algunos sin educación primaria, pero nadie dijo que fueran pendejos. ¿Que tal si se encuentran con unos narcos de verdad, con fuscas y mosquetes?

3) Este fin de año, ya no gastaré en bufandas. Me conseguiré una foto de un buey más feo que yo. Con más cara de maldito o de sácale punta. Y cada vez que tenga yo frío en la garganta, sacaré y veré la foto.

4 commentaires:

Anonyme a dit…

Hasta que termine de reír pude escribir. Gracias por el momento, porque todavía estoy nerviosa del sustote que pase ayer relacionado con el tema que mencionas; locos con pistola en medio del trafico uf!
Teresita

Mafalda a dit…

.....
ta' cañón mi Pez, a mi que me encanta ver programas de polis tras ratas, de moridos y destripados; ahora con esto me voy a indigestar.

Un saludo.

Mafalda

Angeek a dit…

Ayer hubo un levantón por acá. Es igual en todos lados.

Miss Neumann a dit…

que bonita ciudad... que bonita!

yo me voy a comprar un muñeco inflable vestido de policia y que lo pongo de copiloto!!! asi nadie se me acerca porque les doy miedo, no los vaya yo a asaltar!