Ladrón que roba a ladrón

Posiblemente hayan escuchado acerca de una expedición de un barco estadounidense “Oddisey” que extrajo del fondo del Océano Atlántico, un tesoro consistente en monedas de oro y plata. Ahora el gobierno español trata de recuperarlo diciendo que muy probablemente lo sustrajeron de aguas con jurisdicción española. Así el diario 20 minutos intitula un artículo “Calvo (la ministra de Cultura) dice que la jurisprudencia otorgaría a España el tesoro rescatado por el Odissey. El abogado del Estado ya está en Tampa (Florida) para defender la propiedad española del tesoro”.

Luego viene la perorata, y al final los comentarios de los lectores. En donde algunos piensan que si hay oro, seguramente es de los españoles (matanga dijo la changa). Y otros por lo menos dan el beneficio de la duda, de que si hay ladrones habría que buscar primero del lado de los conquistadores españoles, ya que ellos saquearon a lo que fueron los imperios mexica e inca. Y que en dado caso habría que devolvérselo el tesoro a los “sudakas” (sudaca, peyorativo o despectivo de sudamericano, según la RAE. Habría que preguntarle a un nativo de ahí qué significa para ellos el término), me imagino pensando en los peruanos; o a los de Centroamérica, tal vez haciendo alusión a un país situado entre Guatemala y Panamá. Pero bueno no hay que ser tan exigentes con los conocimientos del populum español, preguntémosle a un representante del populum chilango si Valencia se encuentra situada en Asturias o en Navarra, y seguramente responderá que él de geografía italiana no sabe nada.

Todo esto me recuerda otra noticia, sacada de no sé dónde (ya, ya me acordé http://www.jornada.unam.mx/2007/05/28/index.php?section=cultura&article=a03n2cul) de que los terrenos donde se encuentra Chichén Itzá fueron vendidos a un gringo en 1895 en 75 dólares, el cual saqueó un cenote sagrado y lo que encontró se lo llevaron al museo Peabody de la Universidad de Harvard. Y otra más en donde un tal Antonio López de Santa Ana, vendió la mitad del país a los gringos para poner a salvo sus nalgas o para hacerse de un dinerillo extra. Tal como ahora quieren hacer con las reformas estructurales, energética, fiscal, educativa. Es que no alcanza el money, los deptos. en madrid, parís, o nueva york cada día están más caros.

Como colofón diremos, que me llegó un emilio (e-mail) en donde un viajero llega a un país de esos místicos a casa de un sabio, y ve que sus únicos muebles son una cama, una mesa y un taburete. Y le pregunta que "¿dónde están sus muebles?". El sabio responde "¿dónde están los tuyos?". El viajero se queda perplejo (dije perplejo, no pendejo) y después de dudar unos segundos responde “yo sólo estoy de paso”, y el sabio replica “que coincidencia, yo también”.

Corolario 1. Lo caido, caido. O lo que es lo mesmo, matanga dijo la changa.

Corolario 2. Yo también solo estoy de paso, pero acepto donativos: euros, centenarios (monedas, botellas también), diamantes en bruto y listos, acciones del Nikkei o del NYSE, tiempos compartidos.

Corolario final: “Grabé sobre mi tumba imaginaria: no muevas esta lápida, soy rico sólo en huesos” (Pasado en claro, Octavio Paz).