Payasadas y dolorosísimo

Hoy es el día. Si antes fue doloroso, hoy podría ser dolorosísimo, diría Hugol Sánchez. México jugará sin sus estrellas (sic). Brasil ¿conocen un brasileño que juegue mal al fuchibol? Llama la atención que el periódico El Universal pone noticias y al estilo del diario en línea 20 Minutos, abre una sección de comentarios para que opine el público. En las de política nacional e internacional, finanzas, o tecnología, nadie opina nunca nada (triple negación ¿es válida?). Pero en las del fuchibol o espectáculos, todo mexicano es un experto en potencia. En este país tenemos 53 millones de entrenadores de la selección nacional de fuchibol. Luego nos quejamos cuando nos suben la tortilla, la leche o el chorizo. Al final, nos ponemos flojitos y cooperando.

En otro orden de ideas (jajaja, admítanlo, los apantallé con mis palabras domingueras) sale publicada la noticia que el luchador de la WWE (World Wrestling Entertainment, sepa la mauser qué significa eso) Chris Benoît (pronúnciese Benoá) de origen canadiense y que luchó aquí en México (Pegasus Kid), y que ganó el campeonato mundial de pesos pesados en los Yunaits, estranguló a su esposa y ahogó a su hijo de siete años antes de suicidarse colgándose en un cuarto de pesas de su casa. Esto sí es dolorosísimo y no las tarugadas del fuchibol. Es dolorosísimo porque ¿qué cosa provoca que un luchador famoso, con esposa e hijo hermosos, con un nivel de vida que le envidiaríamos, llegue a tal situación? Yo simplemente ayer me preocupaba que tal vez no llegue a pensionarme sin que antes me den una patada en el culo en mi trabajo y me echen a la calle, y este hombre que (al parecer) lo tenía todo, lo echó todo por la borda. Y en circunstancias macabronas. Digo, está bien que te patine el coco y quieras salirte por la puerta falsa, pero vete tú solito, no involucres a más gente, menos a un niño de 7 años. Son chingaderas.

Aclaro que no me gusta la lucha libre. De hecho ¿hay algo que me guste?