Horrores Cotidianos

"Cobro, como, cago, cojo y duermo".

Parece un mantra, te lo repites mentalmente e incesantemente: "cobro, como, cago, cojo y duermo".

Cualquiera de esas palabras que se vea alterada u omitida, sabes que te dará en la madre irremediablemente.

Has llegado lejos, más lejos de lo que supusiste hace años.

Hay bebés de cuna a los que les dieron un malvavisco con todo y envoltura y se ahogaron sin misericordia alguna. Otros infantes de cuatro o seis años, a quienes alguien decidió por ellos, que su vida terminaba en ese preciso momento.

Actualmente, lo impensable, que adolescentes de 12, 14 o 16 años, mueran baleados en cualquier zona rural o urbana. Te aterras, no por tí, sino por los que vienen detrás.

El horror en su máxima expresión. En algún momento de tu vida pensaste con angustia que lo peor que te pudiera ocurrir era que te metieran al tambo, o caer en manos de los judas, o que te aplastara una barda, o que te diera una hepatitis o gonorrea mal atendida.

En estos tiempos, el abanico es más amplio. Lo mismo te traga un tsunami, que te agarra un terremoto en el trono cuando liberas a willy, mueres de gastroenteritis (chiricuto dixit), te confunden con sicario saliendo de tu escuela, te rafaguean por no detenerte en un falso retén, o simplemente llegas a los 85 u 93, y si alguien trata de reconfortarte diciéndote que has llegado lejos, que comiste, cojiste, cagaste y dormiste en demasía, tú egoístamente (¿egoísticamente?) le respondes: "chingas a tu madre, viejos los cerros y aún reverdecen".

Horrores cotidianos. Descubres una mañana horrorizado que no tienes en qué caerte muerto. Que si te despiden de tu trabajo, nadie más te dará trabajo, ya estás rucailo. En este país, después de los 35 o 40, estás muerto laboralmente hablando. Naturalmente, nunca le hiciste caso a Og Mandino (menos a Robert Kiyosaki) quien recomendaba ahorrar el 10% de tu sueldo para tu vejez. Todo lo dispendiaste (?) lléndote de vacaciones, o con tus amigotes, o con las puchachas.

"Lo bailado y lo vivido ¿quién me lo quita?" nadie, lo malo es que ya ni te acuerdas con quién bailaste, con quién comiste, menos con quién cojiste. Pinche memoria flash. Un recuerdo sustituye a otro. Eso sí, no olvidas que la primera vez que cojiste fue un fiasco total. Parecía quintito y resultó ser el túnel del Canal de la Mancha.

Descubres horrorizado que para muchos adolescentes y jóvenes, tus angustias les valen una pura y dos con sal, que su esperanza de vida es de dos años, máximo cinco. Y tú angustiándote por qué vas a tragar cuando ya no puedas ni cagar.

Sigues repitiéndote tu mantra: "cobro (todavía), como (a veces en demasía), cago (eso sí, continúo cagándola a diario), cojo (¿cómo dicen? al principio, sin pagar. Después, pagando. Al final, ni pagando, jaja), y duermo (solo cuando no pienso en mis horrores cotidianos)".

P.D. Se me olvidaba. Al igual que Rayuela de La Jornada, también me aterra la procuraduría mexiquense, con el caso Paulette. De lo único que estoy seguro es que el procurador Ba(z)baz hace honor a su apellido. Y pretenden (des)gobernar a todo México en 2012.