Hablo a una institución pública de la cual no diré el nombre para no tatemarlos, pero en general casi todas las instituciones públicas en este país dan pena ajena. Requiero informes acerca de sus cursos de idiomas.
Para no variar, te contesta una grabación, en la cual primero te sueltan un rollo de varios minutos acerca de la excelencia de sus servicios (ajá), ya después y si sigues aún en la línea te dan varias opciones de marcado. Para no errar eliges la opción de hablar con un nahual, es decir la opción personalizada. Le dices (invariablemente) a una señorita (nahuala) que quieres informes acerca de los cursos de idioma. "En seguida lo comunico" te dice muy amablemente, aunque muy cabronamente por aquellos azares del destino, la llamada se corta.
Vuelves a marcar, grabación .............. opciones de marcado ........ personalizada ........... vuelves a requerir los informes de los cursos .......... "en seguida le comunico" ............. te pasan a una línea que suena y suena ..... y suena .... y nadie contesta. "Jijos de su pozolera madre" es tu primer pensamiento.
Ya insistiendo varias veces, por fin llegas a los dichosos informes, solo para que te informen que en este país todo mundo quiere cultivarse y ya no hay lugar en el nivel básico. Que esperes la próxima convocatoria.
Claro, pudieras irte al Harmon Hall, a la Alliance Francaise, al Instituto Dante Allighieri, o al Goethe Institute, y que te salga más caro el caldo que las albóndigas, o que tengas que recorrer media ciudad para ir a los mentados cursos.
Che país bananero.
Otro botón de muestra. Va un conocido tuyo al Sat (Sistema de Administración Tributaria), previamente y por internet o por teléfono le dieron cita y le informaron que por internet bajara un programa, la solicitud y otros archivos. Un pedorronón para bajar el mentado archivo. Pero, en fin, logró bajarlo y se fue al Sat.
Para esto, el Bevo había leído un comentario en La Jornada de que los servicios del Sat eran comparables a los del primer mundo ("Ira, Ira, Ira" diría Pedrito Fernández). Llega y lo pasan a una sala donde hay sillones para que la gente espere y no se canse. También había servicio de cafetería (café soluble, galletas Marian y refresco Squirt, je). A la hora convenida más menos 10 minutos, lo pasan a un mostrador, le dieron no sé que madres pues yo no pasé, esperó en otra sala otros diez minutos y de ahí los llevan a un trailer donde hay escritorios, computadoras, y más café soluble. Según me dijo el Bevo, les toman la foto, les sacan huellas digitales (carajo, parece Estado totalitario. Ni que fuéramos criminales y como quiera los criminales ni presentan declaración anual, ni hacen filas, ni tanta mamada de estas), bajan el dichoso archivo a sus compus, generan otros archivos, y después de estar ahí alrededor de una hora, ya los dejan ir.
Para esto al Bevo le hacen su cálculo anual, dos patrones, recibos de honorarios y nómina, etc. ya está "tiene que pagar diez mil pesos" adicionales a los impuestos que ya le habían descontado en sus otros dos trabajos.
La puta que los parió. Con razón te "regalan" café soluble y galletas Marian, si después te meten la reata desde el recto hasta las amígdalas. Yo no estoy en contra de pagar impuestos, si fueran bien aplicados. Pero cuando te enteras en qué lo gastan los diputados, senadores y el gabinetazo, francamente te dan ganas de mandarlos a chingar a su reputísima madre. No lo hace uno porque uno es decente, que si no.
¿País de primer mundo?
"Ajá".
1 commentaire:
Mi papufo estudió en la Alianza Francesa cuando trabajó en el DF.
Aún cuando han pasado como mmmm cuarenta años creo, todavía sigue recordando las lecciones.
Pero...... comentando el tema principal, jaja, sí una vez a mí también me cancelaron un diplomado por no ser el número mínimo de alumnos exigido.. mmmmmta!
Tuve que dedicarme a holgazanear todos los fines de semana, y me quedé acostumbrada. :P
Yeap, país de primer mundo.
Besos virtuales!
Muuuuuaaaaaccccccckkkkkkkkk!!
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