Nada como sentirse pendejo en una reunión entre pares

Digo, supongo todo mundo sabrá lo que son los pares ¿verdad?

Bueno, si no saben, no os preocupeis. Los pares son lo contrario de los nones.

Así en la reunión había cuatro machos peludos y cuatro féminas seductoras.

Antes de llegar a la misma, le recordé como 4400 veces su mauser a Marcelo Ebrard, y es que todavía no terminan de arreglar los ejes viales. Eso hace que uno salga del trabajo al sitio de la reunión con media hora de antelación y llegue uno a su destino con dos horas de retraso. Che Ebrard. Al cabo que ni votaré por él.

Eso sí, al llegar uno, los demás te lanzan miradas reprobatorias como diciendo: che huevón, podías haberte levantado más temprano. Ya qué, así es esto de comerse los camotes con leche. No sé si los hayan probado en las ferias, es uno de los platillos más deliciosos que existen, mmm, hasta se les antojó ¿n'est-ce pas?

El caso es que cuando finalmente me integré al grupo y ví que estábamos en pares, pensé inmediatamente: ahora sí chile verde, es cuando le has de dar sabor al caldo.

N'ombre, pinche madriza verbal que nos pusieron las féminas. Sus argumentos eclipsaron a los de nosotros, los machos. Hablaban tan bonito, con tal raciocinio y con argumentos tan convincentes, que yo únicamente guardé silencio.

Eso sí, a los 60 minutos de estar ahí, me dije o pensé: abre la boca y di algo, lo que sea, que aparente que eres inteligente.

Y la abrí: "Bueno, entonces lo que pudiéramos hacer es patatí patatá ....."

Y me contestan: pues sí, es lo que propuso Diana hace media hora.

Jajajajaja. Por eso dicen que "más vale parecer un idiota con la boca cerrada. Que abrirla y disipar toda duda".

No importa, como dijo Wellington en Waterloo: Volveré.