jeudi, mai 19, 2011

De pelos y pelícanos

Cuando está uno chavo, le urge a uno ser (o parecer) grande de edad. Por ello, ansía uno que le salga bigote o barba. Ignora uno la chinga que es rasurarse a diario o mantener bien delineada la barba o el bigote.

Como quiera pasa. El gusto para algunos de andar de bigotones o barbudos supera con creces los inconvenientes.

Ya en edad madura tirando a betabel, los pelos llegan a cagar. Los pelos corporales no hay tanto pex, no hay que darles mantenimiento. Hay mujeres que les gustan los hombres como el oso, todos peludos. Otras, término medio, y algunas más que los prefieren tipo efebo tirando a mayatex.

Por suerte, soy término medio. Lo cual me resta dos tercios de oportunidades, pues no tengo suerte para aquellas tipo osófilas, ni para las efebófilas.

Decía que los pelos llegan a cagar, porque llega un momento que te salen por todos lados y orificios inimaginables. Los que me recagan sobremanera son los que sobresalen de la nariz, las orejas, las cejas y el chiquitín. Por más que los arranca uno, siguen saliendo. Y luego es como una manía de andarse jalando los pelícanos de la nariz y orejas. Los pelos de la nariz hay quien afirma son los más largos del cuerpo, pues en ocasiones te jalas uno de la nariz y al arrancarlo te duele hasta el culo (así estará de largo).

En cambio los pelos de las axilas ni quien se fije en ellos, nadie piensa en arrancárselos. Salvo las mujeres. He llegado a ver mujeres con pelambre en las axilas, lo cual provoca el efecto inmediato de matarme toda excitación posible.

En cambio hay hombres que se excitan con ver pelos en las pantorrillas, o como Tiziano Ferro que le gustan las feas y bigotonas. Cada quien sus gustos.

En todo caso a mí me cagan los pelos. A ver que digo ahora que me quede calvo, jajaja.

P.D. Las chachas han sido reivindicadas. Si al Scharzweneggwer le gustó una chacha tanto que hasta tuvo un hijo con ella, y al Strauss-Kahn (ex director del FMI) una mucama de hotel, aunque este último es un maricón hijo de la gran mierda ¿por qué no habrían a mí de gustarme? Después de todo hay de todo. Chachas chenchualonas, guapas, feas y hasta bigotonas.

Quod dixi dixi

1 commentaire:

jess a dit…

Yeap.
Depilarse es un suplicio.

Los que practicamos la cera de verdad que rogamos a todos los dioses que pase lo más rápido posible el tiempo de depilación.

:/


Y yo digo que las señoritas del aseo son para los hombres, lo que los jardineros o los albañiles para las mujeres...
Una buena trabajada de la materia prima y...
Tzzzzzzz!!!

Besos virtuales!
Muuuuaaaacccckkkkk!!!