Me desagrada sobremanera que me agarren con las manos en la masa. Bueno, en este caso con la lengua sobre la masa.
Más específicamente me agarraron lamiendo o lambiendo a la gloria.
La culpa la tienen los monterrellenos de Narco León, jaja.
A ver, ¿que pinche control de calidad es ese en el cual para comerte a la gloria la tienes que lamer?
Y ahí estoy yo, dando lengüetazo tras lengüetazo. Ummm, que rico sabe. Más, quiero más. Lo quiero seguir chupando toda la tarde.
De improvisto (o de improviso), entra la jefa al cubículo y me encuentra dándole lengüetazos a la gloria. ¡¡Carajo!!!! que mal me vi.
A mi edad. Como vil perro, lamiendo.
Lamiendo el papel rojo, pues la pinche gloria se encontraba pegada y no había modo de separarla que no fuera con la lengua.
Solo acerté a balbucear: "es que está bien buena la gloria".
Pero la venganza es dulce. Algún día iré a Monterrey y les llevaré a los vatos, unos cuantos camotes empapelados, para que los laman a gusto, al tiempo que les digo: "Atásquense ora que hay lodo". Jajaja.
Quod dixi dixi
1 commentaire:
No sé en qué consista, peeeero las glorias que venden en el centro del país saben ricas, peeero ni comparación con las del Norti... yomi, yomi....
Yo siempre le encargo a mis amigos glorias de por allá.
Hay que aprovechar puesnnnnnnn.
Lo único decente de Mty son sus glorias.
jijiji.
Besos virtuales!
Muuuuaaaaaacccccckkkkkkkkkk!
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