No es lo mismo la pista que pistear

Iba yo a dejar fotos de la pista de hielo más grande del mundo, Ebrard dixit. Jeje, ilusos. No conocen el lago Ladoga.

Pero la madrinola del blogger se negó rotundamente a hacerlo. Ignoro si haya sido por el tamaño de las fotos, 12 megapixels (con ésto seguramente le dará chorrillo al Alex amazing de la envidia, jaja) o la velocidad de la conexión a internet (con un modem de 34 kbps no se puede hacer mucho) o las arañas. Pero de que no se pudo, no se pudo.

Pude constatar lo que dijo W en su blog. La esquinita de la pista con los peques encarcelados durante una hora. Los aferrados a la orilla, jajaja, es lo más cagado que he visto, pasarse una hora en una pista de hielo aferrados al garrote, digo al barrote, al tubo de la pasarela pues. Los de la tercera edad o mediana edad dando sus pasitos (ah nene, a ver, venga, un pasito). Los audaces incluido uno que salió en camilla, jaja. Ahhh, y unas chavas buenérrimas con unas tangas minúsculas, que después se quitaron.

Bueno, esto último ya no fue en la pista. Fue en el table dance a donde aterrizamos más tarde, je.