Finalmente, entendí. El problema de este país (y de otros muchos en el mundo) es que no estamos organizados. Y por eso, siempre nos chamaquean. Y nos llevan al baile. Y nos hacen bailar con la más fea. Y nos miden el aceite (nos aforan, pues). Y nos practican exámenes prostáticos. Y nos abrochan. Y nos... Y nos...
Enrique Galván Ochoa dixit: Si releemos los periódicos de hace 15 años encontraremos similitudes entre el salinismo y el calderonismo. Entonces y ahora se cocinaron reformones al vapor. Dos de los cambios salinistas han resultado trágicos: la reprivatización de las empresas públicas, en particular las del sector financiero, y la apertura comercial que impuso el TLCAN. Ésta ha producido más emigrantes miserables que una guerra. [...]
Al menos las malas experiencias nos debieran llevar a organizar una firme oposición a las reformas del calderonismo, como la energética y la laboral. De otro modo nos volvereremos a congregar dentro de 15 años en el Ángel de la Independencia.
Luego en Vox Populi, leemos: Asunto: Trucutús
Enrique: Estamos en tránsito de la fase de “la mano dura” al “garrote brutal”. ¿Qué tendrán en el cerebro los legisladores para entregar inermes a los ciudadanos a la brutalidad policiaca de tantas corporaciones a las que les tememos, antes que respetarlas? Allanamiento de morada, ¡que ya practican!, arraigos por ¡90 días!, son armas mortíferas en manos de Trucutús policiales. No estamos en camino, sino que hemos llegado a la dictadura constitucional. ¿Por qué no legalizar el “tehuacanazo”, el “pocito” y las “calentaditas”? ¡Por favor, deshagámonos de estos dizque legisladores!
Rubén M V/ Distrito Federal
R: No sólo son los legisladores; incluye a los que desde las sombras mandan sobre los legisladores.
Y también: Asunto: el poder de tu mirada
Leí en nuestra columna Dinero la queja y preocupación por el robo tan descarado que realizan los gobernantes (no puedo decir “nuestros”, porque no he votado por ningún gobierno panista) con las placas. Aquí en Morelos el gobierno panista de Marco Antonio Adame prepara otro emplacamiento para inicios de 2008 (Sergio Estrada Cajigal, también panista, mafiosamente célebre, nos aplicó uno en su gobierno). Deberíamos organizarnos y no permitir tanto robo en despoblado.
Marco A. M F/ Cuernavaca
Y luego leemos acerca de la Revolufia ( http://www.elpaisabandonado.com/LaMancera.html )
donde Pablo Castillón explica: [...] El nivel educativo mexicano es patético; reduce la productividad del país, su capacidad de evolución política, su competitividad internacional. Es la barrera más brutal, a mi gusto, del combate a la pobreza. En concreto, la pésima educación pública es en buena medida la culpable de que se pague poco y se sufra mucho en México (la educación privada en ocasiones no canta mal las rancheras tampoco. N. de la R.).
[...] ¿Porqué estamos tan mal? La falta de dinero es claramente una razón. Somos un pueblo pobre. Sin embargo, el estudio de la OCDE señala que otros países que invierten menos por estudiante tienen mejores resultados (Turquía siendo un ejemplo). Sin duda, éstos resultados exigen una respuesta contundente de cualquier gobierno. Pero eso implica tener el control del tema, cosa que sabemos no es totalmente aplicable a México. Padecemos un sindicalismo durísimo. [...]
Y remata:
No obstante todo esto, soy un convencido de que el tema se resolverá favorablemente en el tiempo. Y lo hará a pesar de la debilidad del gobierno y la fortaleza de los intereses creados.
El cambio será nada menos que una revolución. No me refiero a una proletaria o campesina, sino de la clase media. Tampoco la imagino violenta. Lo único que pienso que es llegará el día en que la comunidad política más perfecta, aquella conformada por la clase media, se de cuenta de su propio poder y decida ser intolerante a los abusos. Ese día, México retomará su lugar en el mundo.
El escocés Henry Brougham famosamente dijo que "la educación hace al pueblo fácil de guiar pero difícil de obligar; fácil de gobernar pero imposible de esclavizar". Es inevitable que los académicamente despiertos sacudan al resto de la idiotez de la tolerancia indiferente, por el bien de nuestros hijos. Llegará el día, estoy convencido. Y habrá sido el único camino realmente viable, pues no dependerá de un grupo reducido ni de un organismo limitado. Dependerá de todos los mexicanos.
No sé si estos ojitos, que se almorzarán los gusanos, lo verán. Pero seguramente, ustedes sí.
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