mardi, janvier 06, 2009

Reflexiones, Regresiones y Digresiones

Extraño sueño. Mal sueño. Sueño que estoy en mi casa esperando el retorno del pexipatito. Supuestamente fue a un lugar fuera de la capital. En eso, llegan varias personas las que al parecer habitan ahí conmigo. Me acuerdo de épocas de estudihambre pasadas cuando alquilábamos departamentos o viviendas entre unos 6 u 8 cuates. Les inquiero si no han visto o si no regresaron con el pexipatito. Me responden que no lo han visto o que no lo conocen, no recuerdo. Me angustio por no tenerlo a mi lado, en casa, a salvo. Triste época de inseguridades. Solo en casa se siente uno relativamente seguro.

No dejo de pensar en Gaza. Duele. Duele que los exterminados de ayer sean los exterminadores de hoy. ¿Acaso no tenemos recuerdos? ¿Será ineludible el tener que matar para evitar que nos maten? Ahí ni en su casa se encuentran seguros. Pero una cosa es segura, nadie muere la víspera. Y otra cosa también, a largo plazo todos estaremos muertos.

Recuento de fin de año y de año nuevo: un familiar cercano colgó los tenis. Otro familiar político estuvo a punto de colgarlos. Nadie muere la víspera. Horrible maldición la de ver morir a un hijo. Extraña bendición la de ver morir y rápido a un padre o a una madre, sobretodo si es de edad avanzada. Tuve la oportunidad de reflexionar en mi egoísmo, mi avaricia y en la odiosa costumbre de compararme con otros. En alguna época envidié a una persona cercana por tener un mejor trabajo que el mío, una esposa muy guapa y obvio ganar dos o tres veces lo que yo gano. Esa persona hace unos seis años perdió a su padre y este año a su madre. Su hijo padece una enfermedad no mortal aunque irreversible. En ocasiones soy despreciable, lo sé.

Siempre fue un buen hijo con sus padres. Le ofreció a su madre, uno de los funerales más bellos que he visto, con música de mariachis camino al cementerio. Me ofreció a mí, la oportunidad de pensar en El Creador. En que, muy en el fondo quiero creer. Me resulta insoportable la idea de pensar que no hay nada después. Casi todos mis amigos de primaria se han adelantado. Hermosa la alocución de una persona al borde de la tumba, antes de que la sellaran: "No temas, duerme, descansa. Tú que a partir de ahora estarás a Su lado, ruega por nosotros para que un día también lo estemos. Te nos has adelantado, pero pronto te alcanzaremos". 

Reencuentro con un buen amigo de ya hace años. Cree, aunque no es nada religioso. Le comento mi idea de que quiero ser cremado cuando llegue el momento. Me dice que la incineración solo se da con la carne, los huesos no se funden (?). Que es necesario un molino de bolas o de martillo para hacerlos polvo. Que en la urna no solo va el difunto, sino también restos de otros. Pienso que a esas alturas, no tiene mayor importancia. Para el que se fue. Para el que se queda, pues requiere ser muy puntilloso para ponerse a pensar que con su ser querido tal vez están otros ahí mezclados.

Recuento de fin de año y de año nuevo: antes de las fiestas me deshice de mis deudas. Con las fiestas contraí otras nuevas. De conservar el trabajo, todo estará bajo control. De no hacerlo, será el tronar y chirriar de huesos. Lo tomado y lo bailado ¿quién me lo quita?

Recuento de fin de año y de año nuevo: me llevé un libro para leer en vacas. Obviamente no pasé de la página 20. Adquirí otros dos, joyas para mi gusto. Uno de Maitena "Mujeres alteradas 1-2-3-4-5". Voy en la página 91, aunque claro, son viñetas. Me ha encantado este libro. Otro de Francisco Martín Moreno: "México acribillado". Trata de los asesinatos de Obregón, Madero, Carranza y Villa. No dudo que también está buenísimo. Me quedé con ganas de un tercero: "Astronómica". Ignoro si son fotos o texto de galaxias, nebulosas, planetas, e investigación espacial, pues estaba sellado con plástico. Me cohibió el precio: 700 varos. Incongruencias del pexipato, no le duele gastar 700 en hetairas y sí en cultura.

Recuento de fin de año y de año nuevo: descubro con horror que con el año nuevo lo pendejo no se me quita, no se me ha quitado ni se me quitará. Entro a la ciudad de México ya a oscuras, aunque era temprano según mi reloj. Un tráfico del demonio con el cuento de los Reyes Magos. En uno de esos cruces o vueltas inglesas, me quedo entrampado a la mitad de un crucero. Observo horrorizado que los carros se me vienen de frente y por los lados. Espero resignado el chingadazo. De repente veo que se me aproxima un tamarindo (un poli de tránsito), pienso "ya valí, seguramente me morderá por wey". Error, me abre paso, a riesgo de que le den un chingadazo peor a él, por andar a pata. Todavía hay almas buenas en el defectuoso. No me detengo a darle las gracias o ni para los chescos, capaz que se arrepiente y me chinga.

Recuento de fin de año y de año nuevo: Leo con Enrique Galván  lo de la dieta del pavo. Me gusta la idea ya que con las fiestas aumenté como cinco kilos de panza, tripa y buche. Además mis finanzas hacen agua , tipo Faja de Oro y Potrero del Llano.

Aucun commentaire: