Fin de extraño

Por no decir otra cosa.

Volví a gastar. Aunque esta vez no supe bien en qué. Me pregunto si un fin de en lugar de quedarme en la capirucha, me fuera yo a Acapulco, Ixtapa, o Zipolite ¿gastaría yo igual, más o menos?

Por otro lado, reitero lo que siempre he sabido. ¿Quieren matarme de aburrición? llévenme a un centro comercial o tienda de ropa. Me aburro solemnemente. Más, si la ropa es para mí, no soporto estármela probando. En cambio llévenme a donde haya secciones de electrónica, cómputo, licores, libros, o donde haya colas, ahí sí aguanto.

En casa tengo (a medias) botellas de tequila, brandy, oporto, vodka y ginebra. No se me antojan. Rara vez me acerco a ellas. En cambio en los restaurantes se me antojan.

Para no variar. Compré "Los encubiertos", "Casino Royale", "Babel" y "Princesas". La primera, si alguien le entendió, ahí me la explica. Yo la encontré enredada la película. La última, voy a la mitad. Me ha gustado hasta donde voy.

También ví en la tele "La chica de al lado". Encontré a mi media naranja. Lástima que era película, que no tengo 18 años, que no soy gringo, que no iré a Georgetown, y que aún si me la encontrara en la vida real, la calabacearía. Soy especialista en ello. Diría la chica de los bellos ojos y cuerpecito de rotoplas: mi álter ego (mandibulín) balbucearía: "nadie me comprende, snif".