De bridge

¿Qué creen? De puente nos fuimos a Tx. Ahí cerquita a la tierra del pachón. Tratamos de reservar hotel desde México. Ni maïz, palomas. Todo dizque lleno. Por fin dimos con un hotel con disponibilidad. Y claro, Ley de Murphy. Cuando te entercas en salir de vacas, lo más probable es que encuentres algo ....caro.

Ya mejor ni les digo el precio. Pero de que estuvo caro, lo estuvo. Aunque con eso del poder de mi firma, ahorita tranquis tranquis, pero dentro de un mes voy a estar pariendo chayotes cuando llegue el estado de cuenta.

Y dijéramos, que hotelazo, pus no. Bonito, típico. A una cuadra del centro.

Calles angostas, banquetas aún más. Curiosamente no vimos (casi) ni perros ni gatos en el pueblo. Dicen que su barbacoa es excelente, aunque no la probamos, je. Les debo las fotos. No sé que le pasa a la cámara, pero no las puedo descargar las fotos a la compu. A lo mejor ni rollo tiene la madrinola esa.

Llegamos el sábado, nos instalamos, comimos pozole y quesadillas (eran de todo, menos de queso), puebleamos, tomamos café y pastel en La Charamusca, cenamos en el Maridelfi. Y ahí torció el rabo la puerca. Empezó una lluviecita y un pin....pin... pin...pinche frío. El domingo medio despejó. Nos metimos todos a una dizque terma (cuando quieran aguas termales vayan a Ixtapan de la Sal) como a 20°C dizque a nadar, todos amontonados y torteándonos unos a otros. Desayunamos unos ricos huevos divorciados, y nos fuimos a una peña. Llegamos pensando "qué raro, ir a una peña en la mañana, ¿habrá musica de trío o esa de El Cóndor pasa?". Más que peña, es un peñón. Tercero en el mundo después de Gibraltar y del Pan de Azúcar.

Nuevamente puebleamos. Entramos a una casa muy bonita, que en el fondo tiene un mirador hacia la peña y un restaurante, el Mezquite. Yo no sé si los chilangos somos muy acelerados o qué. Pero se tardaron los años en servir. Para esto, empezó de nuevo la lluvia y el pin...che friecito. Ya cuando llegó la cecina estaba fría. Las tortillas eran verdes (me imagino pintadas o ¿hay maíz verde? no ¿verdad?). Salimos y estuvimos como una hora dentro de una tienda de ropa, pues la lluvia no cesaba. El único consuelo era saber que toda la bola de mensos que habían subido a la peña, estarían más mojados y con más frío que nosotros. Para esto la dueña de la tienda (quien al parecer tiene una hija como de 22 años, guereja, chulísima, la hija, con un defectito, bueno dos, hijo y esposo) nos preguntó si el carro lo habíamos metido al estacionamiento. Respondimos que no, que en la calle. "Ah, es que en la calle se los roban o los desvalijan". No, mammy blue. Venir del defectuoso inseguro, a otro lugar más inseguro aún. Pero no, cuando regresamos por el carro, ahí estaba, sin llantas, pero ahí estaba.

Jajaja, no es cierto. Estaba completito. Regresamos a Tequis. Yo quería pasar a las cavas Freixenet, pero tan rependejo que soy, que cuando me dí cuenta ya estábamos en Tx. Cena en El Tejabán o algo así, con una botella de vino a 130 pesos, bara, bara. Doble cobertor para dormir. El lunes de regreso, parada obligada en el parador de San Pedro para ir a mi arbolito. Entrada al defectuoso, jeje, siempre me equivoco y me salgo a Lomas Verdes (el inconsciente buscando a la W). Después de una hora perdido por Satélite y Atizapán, retomo el camino y llegamos a la casa, donde encontramos un verdadero desmother. Tengo que enseñar a la perra a usar el WC y a jalarle.

Pa'l next bridge.

P.D. El hotel se llama Las Delicias. Y donde yo quería, era en Las Cavas o en El Plaza. Bueno, ya de perdis, El Relox o el Poza Real.