Cambios cotidianos

En un segundo puede cambiar la vida de una persona. Por lo general, en lapsos tan cortos de tiempo, para mal.

Cambia la vida de esa persona y también en cierto modo de los que la rodean y la aprecian o la aman.

Algunos de esos cambios son temporales y luego viene el olvido reparador. Otros cambios son permanentes. Pero definitivamente ya nada es igual. Parecen clichés, pero lo estremecedor es que son situaciones reales.

En ocasiones es algo que se espera (y que odio decirlo, a veces se desea, consciente o inconscientemente). Hace ya un tiempo tuve una abuelita, falleció alrededor de los 94 años. Al final, yo deseaba que se fuera. Casi "abandonada", casi ciega, casi todo, espero haya encontrado paz.

Lo perturbador es cuando es de improvisto y en situaciones donde uno considera que los "otros y ustedes también" están seguros. No fue una experiencia en donde haya fallecido alguien. Dios nos libre, aunque desde el momento que nacemos solo tenemos esa certitud en la vida.

El viernes "algo" cambió. No puedo, no debo, no quiero dar detalles. Son cosas personales que seguramente los que nos estiman se harán y se considerarán solidarios. A los que les caemos mal, seguramente se alegrarán. Cosas de la vida. A todos nos toca, tarde o temprano, los accidentes. De trabajo, de transporte, de la vida.

En ese lapso (segundos, minutos u horas) en que la vida te cambia, ves de todo. Que precisamente como no los ve uno de cerca o seguido, uno considera que "su" mundo de uno simplemente es: "el trabajo, los fines de semana aburridos o no, las vacaciones, las alegrías y las penas pequeñas. La corrupción del gobierno, las transas, los asaltos, robos, la entrega de la soberanía y de los recursos naturales a transnacionales sin alma. Los sueldos escandalosos, el egoísmo, la sensualidad desbocada, la hipocresía, el desapego, etc. etc.".

Dentro de todo lo malo ¿qué más ves? ¿qué más viste?:

Un pequeño de unos tres años con el rostro y el cuerpo quemados. Después me enteré que la madre también había sufrido quemaduras. Al niño lo habían llevado con un curandero para que le quitara el mal del susto. La "limpia" había sido con alcohol. ¿Cómo sucedió? lo ignoro y no es el punto.

Otro niño, de unos 5 o 6 años, estando en la doctrina, saltó de un banco a otro. Fractura de codo. Otro jugando en la bicicleta, golpe en la cabeza. Un niño con síndrome de Down, lesión en la cadera. Una niña con el cuerpo inmovilizado, el tórax enyesado. Inamovible su cuerpecito.

Otros, con contusiones o fracturas en cualquier parte del cuerpo que se imaginen. Un niño con una lesión cortante en la pierna. No solo niños, también adolescentes, mujeres, hombres, adultos, ancianos. Un pequeño descenso a los infiernos.



Escribo este post porque desde el viernes he querido llorar y no he podido. Ahora escribiendo esto, quiero llorar y no puedo, no debo aquí. Más tarde lo releeré en casa y tal vez pueda hacerlo.