Cheap Philosophy

Me declaro impotente.

No sabría ver los significados de la "Sonata para un Buen Hombre".

Siempre me quedo en la superficie, soy incapaz de ver más allá.

En el anterior post transcribí lo que Ramón Muñoz afirmaba: La tesis de Michel Houellebecq es, que Fukuyama tenía razón: hemos alcanzado el fin de la historia, la civilización occidental está agotada y nada tiene que ofrecer salvo artículos de consumo, ni sus ciudadanos otra alternativa que suscribirse a canales televisivos de pago o peregrinar a las áreas comerciales para combatir el aburrimiento.

Tuve que buscar quién diablos era Fukuyama, so pena de no poder dormir mis 12 horas reglamentarias. Y así enterarme que Fukuyama literalmente la cagó con su teoría, lo que no le resta valor a lo dicho por Houellebeck, Muñoz o por él mismo (¿Who knows?) en el sentido de la vacuidad del pexipato, quien transita del cable al internet y de ahí a los "malls". No me corto las venas porque tengo muchas deudas bancarias, que si no...

Resulta ser que la historia no se acabó, simplemente evolucionó o se modificó (ayer se lo dije a Angeek. El pexipato la rifa bien como doxósofo. Puras pendejadas se avienta, y uno que otro peter pan). Fukuyama filosofaba:
http://www.rodolfowalsh.org/spip.php?article1697
"Se suponía que el fin de la historia debía ser sobre la victoria de los valores institucionales occidentales, no sólo americanos, haciendo de la democracia liberal y la economía de mercado las únicas opciones viables. Pero se ha abierto un enorme golfo en las percepciones americanas y europeas sobre el mundo, y el sentimiento de los valores compartidos se fragmenta crecientemente." [4].Esta confesión dio por tierra con aquella profecía que recorrió la década de los noventa convirtiendo a su autor (Fukuyama) en un intelectual mimado por el sistema:"El fin de la historia será un tiempo muy triste. En la era poshistórica no existirá ni arte, ni filosofía; nos limitaremos a cuidar los museos de la historia de la humanidad. Personalmente siento, y me doy cuenta que otros a mí alrededor también, una fortísima nostalgia de aquellos tiempos en que existía la historia..." [5].

En este punto el pexipato filosofa de que muy probablemente nuestro sumo sacerdote de la ignorancia, un tal Visonte Ox, Berlusconi, Menem (e indudablemente WC Bush) eran (¿son?) fieles seguidores de la secta Fukuyamista.

Léase a Umberto Eco http://www.rodolfowalsh.org/spip.php?article2 : [...] Cada época tiene sus mitos. La época en la que nací tenía como mito al Hombre de Estado; ésta en la que se nace hoy tiene como mito al Hombre de Televisión. Con la consabida ceguera de la cultura de izquierdas, la afirmación de Berlusconi de que los periódicos no los lee nadie ("no lloren por mí, mexicanous" con música de la obra Evita, cantaría la Zebra) mientras que todos ven la televisión se ha entendido como uno más de sus patinazos insultantes. No lo era, era un acto de arrogancia, pero no una estupidez. Reuniendo todas las tiradas de los periódicos italianos se alcanza una cifra bastante risible si se la compara con la de quienes sólo ven la televisión. Calculando, además, que sólo una parte de la prensa italiana mantiene aún una actitud crítica ante el Gobierno actual (no confundir con la mayor parte de la prensa mexicana, tan crítica tan aguerrida tan combativa, je) , y que toda la televisión, la RAI más Mediaset, se ha convertido en la voz del poder (no confundir tampoco con Telerisa o TVasqueta, también tienen su corazoncito y son muy sensibles ante las mentadas de madre de la mayoría de los mexicanos), no cabe duda de que Berlusconi tiene toda la razón: el problema es controlar la televisión, y que los periódicos digan lo que les venga en gana (¿así o más claro, jornaleros?).

Ojo, si alguien piensa y con razón que el pexipato tergiversa y confunde la gimnasia con la magnesia, me vale. Ya lo dije antes (y funciona muy bien como pretexto): soy doxósofo.

http://www.rodolfowalsh.org/spip.php?article184

Si no leen las referencias, lo entenderé perfectamente. Yo también caí en estado narcoléptico al tercer renglón.