Un peligro para el pexipato

Hace tiempo me dijeron que era un peligro. Bueno, tal vez no con esas palabras, pero la descripción de lo que podría pasarme a mí y tal vez a otros mexicanos en dicha situación, me horrorizó a tal punto que sí llegué a considerar que era un peligro para mi persona, mi economía, hasta para mi salud.

Hoy entendí que las palabras son muy poderosas. Si son mal empleadas pueden provocar pánico en las personas. Llegar a convencerlas de que hay un peligro donde no lo hay. Pueden bloquearlas en sus pensamientos, hacer que no razonen o lo hagan erróneamente.

La historia empezó hace dos años o año y medio aproximadamente. En una visita al dentista me dijo: "Antes de proceder a lo que falta, necesito que lo veo un parodoncista (o periodoncista). Le va a hacer esto y aquello". Yo me imaginé inmediatamente la película Marathon Man con Dustin Hoffman y Laurence Olivier http://es.wikipedia.org/wiki/Marathon_Man .

Pies, para que te quiero. Le dije al dentista: ahorita regreso, y ya no regresé.

Este año tuve problemas, y tuve que regresar al dentista. Me dijo lo mismo: "necesita ver al especialista". Pues ya qué. Apechugué y fui a verlo. En las sesiones que he tenido hasta ahora, con su respectiva anestesia, no he sentido nada o muy poco. Claro que iba yo mentalizado ("me va a doler, pero me va a gustar", "flojito y cooperando", etc).

Lo más que me ha dolido ha sido mi bolsillo. Pero el hecho de tener una sonrisa como la Chupitos, no tiene precio. Aunque la verdad, ¿quién se fija en su sonrisa?