vendredi, janvier 05, 2007

Todo lo que usted siempre quiso saber acerca de los Reyes Magos ...

pero no osaba preguntar.

Y es que la verdad, la economía está muy fregada como para andar todavía estresando a los reyes magos en estas fechas.

Niños, despierten. No les pidan a ellos el juego de canicas que tanto les gustó o el juego de mesa Scrabble. Nooooo, pídanles un IPod, un Wii, un MP5, un juguete chino o ya de perdis el robot japonés ese que se apendejó y se cayó pa'trás. Porque y he aquí la verdad (y lamento si hay algún hij@ de bl@gger que tenga 15 años, que entre a este blog y que aún no sepa la "vérité". Fíjense ustedes que el pexipatito a sus 18 años ya empieza a despabilarse. El otro día me dijo: "oye pá, que mensos somos los niños. ¿Cómo no nos damos cuenta de que todo lo que pedimos a los reyes está en las tiendas y el día de reyes amanece en nuestros tennis, y ya después las tiendas se encuentran sin juguetes?". Ah cabrón, esas son conjeturas de fondo). Pues bien la verdad es que los reyes son los mensos de los papás y las mamás. Y digo mensos, porque no les aprendemos nada a los rateros de nuestros políticos (digo rateros, de cariño solamente) que prometen y prometen y nunca cumplen. A ver, ¿qué nos costaría prometerles el PS3 o el xBox 360 y únicamente traerles un trompo? eso sí prometiéndoles que el próximo año será el bueno.

Hablando de rateros, digo de políticos, el otro día en Pueblo Alegre me encontré a un diputado, que ahora debe ser senador y el próximo año gobernador o procurador, y que de chicos vivíamos en el mismo barrio. Siempre fue muy mamón (más que el pexipato y eso ya es decir mucho). Pues bien el venía caminando en un sentido y yo en el otro. Como a 10 metros lo alcancé a divisar, y como él es del pan y con el pan nos ha ido de la chingada, y si a usted todavía no, espérese nomás estos seis años; pues que me digo, chingue su madre me voy a hacer pendejo y no lo saludaré (claro, que eso me iba a costar mucho trabajo, el hacerme pendejo, pero un pequeño sacrificio no tiene precio). Pasó a mi lado, buscando mi mirada con sus ojos, y yo pasé haciéndome el buey. Alcancé a percibir su molestia, ya saben, los políticos se sienten la casta dorada. Seguimos cada quien nuestro camino.

Pero en esta vidorria todo se paga. Me lo volví a encontrar el 31 de diciembre, y en una calle menos transitada. Y a unas horas de cambiar de año. Y, pues ni modo, tuve que saludarlo y desarle feliz año. Porque yo no soy supersticioso, pero qué tal y me salo por no saludarlo, y en vez de seis años de pan, tenemos otros doce o peor aún y regresa el pri, jeje.

2 commentaires:

rossmar a dit…

Heeeey, pecesito FELIZ AÑO 2007

Abrazos muchos

Mariwell a dit…

Acabas de romperme la ilusión...bueno ni tanto lo que llevo pidiendo durante estos ultimos años a los reyes no se encuentra en ningún centro comercial...=(

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JA JA JA!!!!! con tus superticiones...