El que hambre tiene, en pan piensa

Este es un chiste contado por el Grand Master Katana, aunque él dice que es viejísimo (el chiste):

Llega un tipo a casa de su compadre, y sólo encuentra a su comadre amamantando a su hijo. El compadre pregunta “¿Qué hace usté, comadrita?”, a lo que ella responde “Pos aquí, dándole de comer a su ahijado”. El compadre permanece de pie, mirándolos, y ella no le presta atención hasta que lo oye sollozar, y le pregunta “¿Pos por qué chilla usté?”. El compa le dice entre lágrimas: “¡Ay, comadrita! ¡Es que mi madrecita santa murió al darme a luz y yo, pos, pos… Pos no tuve nada de eso!”, aludiendo al hecho de que él no había recibido lactancia materna. La comadre siente compasión por el desdichado, decide hacer con él su buena acción del día, hace a un lado al crío, se desabrocha la blusa, se quita el chichero y le dice al compadre que ponga su cabeza en su regazo para que le alcance las tetas inflamadas de leche. El compadre ni tardo ni perezoso hace lo que ella le indica, y se prende del seno y empieza a succionar con gran brío. “¡Mmmmjjmm! ¡Sluuurrrp! ¡Glub, glub, glub!”. El compadre está tomando leche como becerrito mientras la comadre siente que se le sube la calentura, se marea, se le cae la baba, se le aflojan las piernas y empieza a boquear, a morderse los labios y a gimotear. En eso el compadre eleva la mirada y le dice a la comadre: “Oiga comadre, ¿puedo pedirle un último favor?”. La comadre ni tarda ni perezosa responde: “¡El que usté quiera, compadre, faltaba más!” mientras se empieza a desabrochar y bajar la falda. El compadre cándidamente responde: “NOMÁS UN BOLILLITO PA’ ACOMPAÑAR, COMADRE".