Éramos pocos y parió la abuela

Si las cosas pueden ir peor, lo harán
http://erasmusv.wordpress.com/2007/02/11/eramos-pocos-y-pario-la-abuela/

Con eso de que pronto tendremos en México un presidente de origen español, me empiezo a contagiar, y comienzo a pensar como gallego. Ayer fui a consultar el diario Estrella Digital http://www.estrelladigital.es/diario/portada.asp

y ¡madres!, bueno, más bien ¡Hostia!, veo que allá ya estaban en viernes 18 de enero de 2008, cuando aquí en México todavía era jueves 17 de enero. ¡Joder! o más bien ¡Jolín! siempre nos ganan, hasta en el calendario. Por ahí también decía que Santander lanzaría un crédito hipotecario en España del 0.25%, cuando aquí por muy bien que nos vaya nos enchufan con un 12% anual. Y ayyy de ustedes si no pagan a tiempo, están chinga que chinga por teléfono para recordar el cobro.


Más estremecedor que a uno le guste una polla (aquí tendrían que remontarse a un post de antaño, cuando un estimado blogger afirmaba que a él le encantaban las pollas. Claro que en México una polla puede ser un licuado o una mujer joven. En España es otra cosa, je) fue leer lo siguiente:

Necios guiando ciegos

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=18/01/2008&name=martin
Daniel Martín

“Cuando una sociedad atraviesa un momento de transición y disgregación, surgen la indolencia y la apatía, porque en esa coyuntura son pocos los que pueden ver con claridad el camino y no se extravían. La mayoría de la gente se embarulla, pierde el hilo y acaba desistiendo: “¡Al diablo con todo! ¿De qué obligaciones estamos hablando cuando no hay nadie que sea capaz de decir algo sensato? Bastante tengo con vivir como buenamente puedo para que encima me salgan con eso de los deberes”.

Acabo de releer esas palabras del Diario de un escritor de Dostoievski. Y una vez más creo que el escritor ruso está hablando de la España actual (aquí podrían poner "del México actual"). ¿Cómo se puede pensar en cumplir con nuestras obligaciones ciudadanas si el espectáculo que dan nuestros políticos es crecientemente ridículo y patético? Lo extraño es que aún queden personas dispuestas a ser mínimamente cívicas. “¡Al diablo con todo!” (aquí quedaría bien "¡al diablo con las instituciones!") parece ser la única moraleja que se puede sacar de nuestro panorama político.

Hace unos días Mariano Rajoy detuvo a Alberto Ruiz Gallardón (aquí pongan al que se les antoje "feliPato con Ramírez Acuña" o "Beltrones con Gordillo o viceversa" o "los chuchos y Cota o Encinas") en su propósito de entrar en la lista de Madrid (idem) para las próximas elecciones legislativas que elegirán al Jefe del Ejecutivo. Lo hizo con otras dos personas en la misma habitación, de espaldas a los afiliados de su partido y de cara a los medios de comunicación. Triste farsa teatral y ademocrática que muestra una vez más las enormes carencias de nuestro sistema no-representativo. Un tío, elegido a dedo por otro tío, le dice que no a otro y nadie, en el partido o la nación, se queja, va a los tribunales o se tira por un puente. ¿Y las primarias? ¿Cómo es posible que uno de los dos candidatos a presidente del Gobierno parezca mucho menos capaz, inteligente y valiente que el propio alcalde de Madrid o su rival, Esperanza Aguirre, por otro lado presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid? ¿Cuáles son los valores de Rajoy ("¿Foxy?" aunque nuestro foxy decía de más y antes de tiempo), aparte de no decir nunca nada y de hacer todo tarde, a destiempo, cuando menos conviene?

La respuesta es de una lógica aplastante y aterradora. El actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ("¿feliPato?"), es un inepto absoluto lleno de rencor, incapaz de entender en qué consiste el Estado de Derecho, rodeado de mujeres y hombres antes que personas, y que piensa que dar mayor libertad es conceder un derecho a una minoría e imponer muchas trabas a la totalidad de los ciudadanos. Por si eso fuera poco, la otra cara visible del PSOE, José Blanco, cada vez que abre la boca es para soltar un exabrupto, decir una sandez o mostrar su incapacidad para construir una oración lógica o, cuando menos, gramatical (te extrañamos "foxy").

De todos es sabido que el tuerto es el rey en el país de los ciegos. El problema surge cuando ni siquiera hay tuertos que quieran dirigir a los ciegos. “Es el mal de estos tiempos, los locos guían a los ciegos”, grita el bufón de El Rey Lear en medio de la tormenta que asola Inglaterra. Hoy en día, en España (¿México?), ni siquiera podemos considerar locos a los que nos guían. Porque para perder la razón, es necesario haberla tenido. Más bien sufrimos a unos necios que desgobiernan a una panda de indolentes políticos, más preocupados por el placer personal que por el bienestar nacional.

Hasta esta semana pocas ganas me quedaban de acudir a las urnas el próximo 9 de marzo (¿del 2009 o del 2012?). Pero, ¿ahora? El señor Rajoy ha decidido prescindir de un evidente y poderoso activo de su partido para contentar a otro. Y esos dos activos —por otra parte más preocupados en su promoción personal que en el bien de su partido o de España— tienen mucho más poder de convocatoria y capacidad de gobierno que el propio Rajoy, que fue mal ministro (aquí nos sobran ejemplos) en diversos ministerios. Frente a él, un inopinado presidente del Gobierno, que miente más que habla y que se ha dedicado, con el beneplácito de las cegueras de su partido y del Congreso, a lanzar leyes inconstitucionales o de dudosa moralidad (espero que no estén hablando de nuestras próximas reformas estructurales), en todo caso ineficaces y liberticidas. Con el panorama actual, lo que dan ganas es de coger un avión a Japón (con las tarifas de Volaris, yo mejor tomaría un avión a la cantina más próxima, para ahogar en alcohol estas penas, o de perdida al table dance de moda) y pedir asilo político.

Aunque, como siempre digo, lo peor no es el espectáculo del escenario político. Nosotros, el público, ni siquiera pateamos (aquí no aplica. Pues en México hicimos una gran manifestación en contra de la inseguridad. Fox la resolvió en diez puntos o en diez meses, ya no recuerdo). Ciegos quizás, seguramente mirando a los palcos o perdidos en los urinarios buscando alguna imagen morbosa de algún famoso desconocido (¿Fabiruchis?), nos desentendemos de la tragedia española (mexicana) y nos conformamos con aceptarlo todo de forma tácita con la papeleta que depositamos en cada cita electoral. Esta ceguera es ciertamente peligrosa. Cuando no se mira, el menos capacitado, mental, física y éticamente, aprovecha para escamotear dinero, libertad o poder. Y eso es lo que, indefectiblemente, le ocurrirá (le está ocurriendo) al Estado español (mexicano) a partir del próximo 10 de marzo (desde ¿1521? ¿1800? ¿1900? ¿2000?). ¿Podrá nuestra debilucha Sociedad resistir tamaño envite? (Sí se puede. La prueba: (todavía) estamos vivos).

dmago2003@yahoo.es

Estremecedor (por las coincidencias) el artículo de Daniel Martín.

Retomando la idea original de nuestro presi gachupín, ahora tendremos que empezar a entender el significado de "echarse un polvo" que no es lo mismo que "aspirar una línea" o de "mojar el churro" que tampoco no es "irse a echar un churro a El Moro". Cuestión de actualizarse.