Complejo de persecución

En esta ciudad muchos ya estamos (o nos sentimos) psicópatas, esquizofrénicos y paranoicos. Lo curioso del caso es que a pesar de ello, no tenemos episodios tipo finlandeses o gringos. O tal vez sí.

Con eso de que ahora tenemos narcos, policías corruptos y políticos ratas, y durante el sexenio de Fox, ni los vimos ni los oímos, y nos dicen que sí había pero por 'x' razón no nos dábamos cuenta de ello. Quién dice y dentro de 6 años, alguien nos diga que sí hubo sucesos de tal naturaleza, pero que cerrábamos los ojos a la realidad.

El caso es que tuve que ir a hacer un pago, de luz, agua o gas, no recuerdo. Y para variar ni un mugroso lugar, cerca de donde va uno, para estacionar el carro. Entonces encoméndandose a las 70 huríes, uno deja el carro en una calle donde para variar no hay ningún otro méndigo carro estacionado, solo unos cuantos trailers. Aquí entra en escena el complejo de persecución. Resulta que el carnal Marcelo para allegarse recursos, para la campaña electoral o para sus bolsillos no lo sé, ha otorgado concesiones a grúas para que si ven un carro en una vía primaria, presto lo enganchen y se lo lleven al corralón, donde previo pago de una multa en el mejor de los casos (o de una multa y "mordida", en el peor) te lo devuelvan con todo y llantas. El caso es que vía primaria significa lo que los grulleros, bueno los de las grúas, quieren que signifique. O sea que, si pueden te chingan y si no, hacen hasta lo imposible por chingarte.

Bueno, dejo el carro en esa calle. Camino otras tantas, para llegar a las oficinas donde realizar el pago. Paso a la caja. Cajero: "no joven, primero pase con uno de nuestros ejecutivos quien gustosamente lo atenderá. Hay que tomar turno". El pexipato pensando: "chin, ya valió madre esto".

Segundo complejo de persecución. En cualquier oficina de gobierno, municipal, federal o estatal, donde haya que realizar un pago, lo que realiza uno es un viacrucis. Tomo el turno 67, van en el 22. Pucha, esto va para largo, pienso. Decido ir a echarle un ojo al carro, para ver si no anda una grúa por el rumbo. Hay un wey durmiendo la mona en su auto, cerca de mi auto. Voy y lo despierto: "joven" (oh chingaos, aquí en México todos somos jóvenes, güeros y licenciados. Aunque en algunas oficinas de gobierno para darse caché, ahora dicen que son doitores también. ¿Doctor Falsati?)

http://charlatanes.blogspot.com/2006/02/golpes-contra-la-charlatanera.html

"Joven, oiga ¿sabe si pasa la grúa por estos lugares desolados?" "Mmmm, no joven (¿lo ven? todos somos amables aquí en México. Hasta los hijosdesuchi de los móndrigos grulleros), la grúa no. Lo que puede pasar es que lo 'encierren' los de los trailers". ¡Pucha! regreso a la carrera a donde iba yo. Ya van en el turno 61. A mí se me hace que hay gente que por las dudas toma como 10 turnos seguidos, o son pendejos como yo que van a echarle un ojo al carro y pierden su turno. El caso es que ya me quedo ahí. Por fin. Paso con el ejecutivo pensando que me va a hacer dar veinte mil vueltas. ¡Sorpresa! no me la hace de jamón. Me pide que espere y diez minutos después me autoriza a hacer el pago en caja. Voy, pago, regreso casi corriendo a donde el auto. Sigue ahí, el wey durmiendo también.

Carajo, si todos los días fueran así y no hubiera tanta pinche rata de dos patas, esta sería la mejor ciudad del mundo para vivir.

Como quiera, el carnal Marcelo se está pasando de lanza, pues los autos con charola se estacionan donde quieren, en doble o triple fila, y ninguna grúa se los lleva. No hay que pensar tampoco que los panaderos son mejores. En una entrevista Marinela Gómez del Bimbo dijo que está a favor de la mano dura en el defectuoso y en el país (léase represión).

Si no fuera porque está bien guapota la mujer, creo que me caería mal, jaja.