A New Day

Hoy amanecí generoso. Magnánimo. Dispuesto a otorgar adjetivos a diestra y siniestra.

Así, iba yo manejando rumbo a mi trabajo e iba yo repartiendo generosamente mentadas de madre. Ah, como hay gente tan pendeja manejando en esta ciudad. No nos basta con la influenza. 

LLego a un semáforo el cual estaba ya en verde, freno delicadamente, pensando que los de adelante se moverían, me acerco peligrosamente y los hijoepu ninguno se mueve (ya estaba en verde), tuve que frenar de emergencia. Hasta la torta con chorizo se me embarró en la corbata. Lo bueno que está prohibida en los trabajos. No me dolió quitármela y terminar de limpiarme con ella.

Más adelante, rebaso por la derecha y otro hijoepu se le ocurre al mismo tiempo rebasar por la izquierda. Por tantito y nos embarramos lateralmente los dos. Le dije al móndrigo hasta de lo que se iba a morir (por los gestos que hizo, creo que él me dijo lo mismo).

¿Que por qué vine al trabajo? Ah, ya saben, más fácil cae un hocicón que un cojo. Recibí una oferta que no pude rechazar. Me enviaron un email diciendo: "o te presentas ............... a trabajar o te presentas .......................... a firmar tu renuncia", jaja. 

Y digo, de rascarme las pelotas en mi casa (ya quisiera yo saber jugar el halo wars  o el guitar hero como exenio, para entretenerme. El ganso pide paz, no le dan, los maderos de san juan, pide queso, le dan un hueso, y le aprietan el pescuezo, jeje) a ráscarmelas au travail, pues prefiero ganar mi quincena con el sudor de mi frente, je.

Pues aquí estoy, al pie del cañón. Trabajando arduamente. Ah, pinches posts, como quitan el tiempo.